G-Land era esa parada del circuito mundial que todo el mundo esperaba. Una ola de clase mundial que históricamente había ofrecido imágenes para el recuerdo y como casi siempre suele ocurrir, cuando las expectativas son muy altas, éstas no se cumplen.
Eso fue exactamente lo ocurrido este año, demasiadas expectativas y un espectáculo que no estuvo a la altura, por lo que una de las mejores olas de Indonesia se convirtió en una prueba cuyas olas fueron de lo más normalitas para el potencial que se le supone.
El ganador de la prueba fue uno de los surfistas de moda, el australiano Jack Robinson se impuso en la final al brasileño Filipe Toledo, y lo hizo con una ola en el último segundo cuando todo el mundo ya daba por ganador al actual número uno del mundial.
También supuso la vuelta a la competición de Gabriel Medina cuyo objetivo ahora es quedar entre los 5 primeros para poder llegar a luchar por el título en la prueba final. Una semifinales para empezar después de medio año ausente hacen pensar que para nada es un objetivo imposible.
En categoría femenina la ganadora fue Johanne Defay que se impuso en la final a la incombustible Carissa Moore y actual líder del mundial.
Ahora viajaremos hasta El Salvador donde esperemos que las expectativas se cumplan y nos den algo del surf que todos estamos esperando.
