Sin servicio en la playa la posiblemente mejor banda neoyorquina de todos los tiempos vivía delante de las olas.
Del aeropuerto JFK a la gran manzana pasando por Brooklyn visitas obligatoriamente Rockaway Beach, un Wendy’s y un auto lavado desde el tren de cercanías. Ahí se hace surf y ahí moraban los creadores de, entre muchos otros, Acid Eater’s.
Durante su vida tocaron muchas veces en España en ciudades como Madrid, Vigo, Donosti o Barcelona. La anécdota llega cuando los Ramones ya están en la Plaza de toros de Carabanchel (yes, donde la cárcel y donde matan animales) atendiendo a la prensa antes del concierto.
El catering tiene la carne como abundante plato estrella, imaginemos jamón del bueno (no serrano ni italiano), torreznos del Alonso, mollejas de Soria, alitas de pollo de Pepe El Guarro y líquidos de Móstoles.
Los Nacha Pop son los teloneros, y andan también por allí. A Nacho (de Nacha Pop y primo de Antonio Vega que también formaba parte de la banda madrileña) le llama poderosamente la atención la estruendosa y prolongada carcajada de los Ramones ante la pregunta de un periodista, tal es así que ni siquiera le contestan como si fuese una rueda de prensa del Chiringuito.
Poco después Nacho le pregunta a Joey Ramone el motivo de qué se hubiesen reído de esa manera. Joey le dice -«es que nos ha preguntado que si éramos músicos de conservatorio o autodidactas, y claro, nosotros de conservatorio pues no……y autodidactas no sabemos lo que es»-.
El surf era lo mismo entonces, sin escuelas de surf y sin entrenadores. No cabe duda negar la mayor que es mejor en todo: el surf de antes o los músicos de ahora, la misma pregunta al revés también vale.
En esta fotografía estaban hablando, dijo en su día Nacho, de Led Zeppelin.
El último concierto de Ramones fue el 6 de agosto de 1996 en The Palace, Los Ángeles y su último disco We’re Outta Here tiene la grabación de este último paseo. Antonio Vega ya no está, tampoco existe el CBGB pero tenemos a Ítalo, Bad Bunny y un deporte olímpico.